Si se cumplirá o no los objetivos de la Directiva es motivo de debate, pero en lo que sí existe acuerdo es en que estas cuotas sólo serán alcanzables con la tecnología apropiada.
La propia norma indica en su articulado que los Estados Miembros deben asegurar que todos los RAEE se recogen separadamente y son procesados adecuadamente, utilizando en todo momento las mejoras técnicas disponibles. Por ello, uno de los factores determinantes para que los gestores de residuos, tanto españoles como europeos, alcancen esos objetivos, es el grado de tecnificación de las instalaciones y plantas recicladoras.
En ese sentido, Jansana ha explicado que "la única forma de incrementar las cuotas de reciclado es revisar el concepto tradicional de planta, en el que muchos procesos se realizan de forma mecánica o manual, y sustituirlo por la tecnología actual de clasificación por sensores, que permite la optimización en la recuperación de metales y la obtención de valiosos subproductos metálicas. Además de hacer posible la recuperación de fracciones poliméricas y el adecuado tratamiento de la fracción de finos".
"El uso de tecnología de vanguardia ayudará a las empresas españolas a cumplir con las cuotas fijadas, además de reducir sus costes operativos, en tanto que la automatización de los procesos consigue aumentar la productividad, mientras que se incrementan los ingresos por la venta de subproductos de mayor calidad y con mayor eficiencia" afirma.
Las ventajas son claras. Como dato, con el método tradicional de separación el contenido de metales en el material de rechazo es de aproximadamente entre un 10% hasta incluso un 30%, mientras en un proceso automatizado basado en tecnología de sensores el rechazo total está libre de metales en menos de un 1%.
Así, es una planta de recuperación de RAEE diseñada con una combinación específica de maquinaria de clasificación por sensores (electromagnéticos, sensores NIR o cercano infrarrojo y cámara de color) se consigue maximizar la recuperación de todos los metales, especialmente los No Férricos todavía existentes en los flujos de rechazo, como acero inoxidable, cables eléctricos, placas de circuito impreso, cobre, latón, etc. También permite la recuperación de nuevos subproductos para su venta, como los finos; así como la separación de polímeros en sus distintas familias y la separación de fracciones metálicas entre sí, como cables eléctricos, cobre, latón y placas de circuito eléctrico, sin necesidad de granular ni de mesas densimétricas. Y para aquellos que hayan optado por granular también se separa el cobre y el latón del resto de metales mediante cámara de color de alta resolución.
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